¡Cada día se inicia una nueva etapa de detrabajo! Acuérdate de agradecer al Padre la oportunidad de descanso que te concede y prepárate para ejecutar las tareas que tienes entre manos con alegría y buena voluntad. Agradece, además, el trabajo que te proporciona el pan de cada día y trata de hacerlo lo mejor que puedas. El trabajo bien realizado nos trae la alegría del deber cumplido.
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Confía en tu cuerpo físico y ten la seguridad de que todos tus
órganos funcionan perfectamente.
Pensando así, ayudarás o tu propia salud.
Confía en el poder renovador de vida que hay en ti.
Aleja el pensamiento de la vejez.
¡Dios está en ti!
Renueva tu salud con una respiración perfecta y no aceptes
jamás la idea de sufrimiento y dolor.
Dios actúa siempre en beneficio tuyo.
Camina siempre con paso resuelto hacia el progreso.
Si no queremos acompañar la evolución del universo, seremos
arrastrados a ella por medio del dolor y progresaremos de
cualquier forma.
Entonces, continúa adelante voluntariamente.
Y no escuches al calumniador.
Sigue adelante y deja que los calumniadores se queden
hablando tonterías.
Camina resueltamente en la dirección de tu progreso, y ninguna
voz malévola llegará a tus oídos.
(Minutos de sabiduría)