Muchas gracias por vuestros deseos de "espléndidas felicidades". El "Santo Patrón" os/nos ha escuchado. Lástima que Internet, que tanto contribuye a la proximidad virtual de las personas, no permita una mayor proximidad real. Hubiera podido invitaros y brindar con las "virtudes" de tarta y copas, sin que sean solo virtuales. Pero... "a falta de pan, buenas son tortas", Muchas gracias, de nuevo.