Al promediar la tarde de aquel día, cuando iba mi habitual adiós a darte, fue una vaga congoja de dejarte lo que me hizo saber que te quería.
Tu alma, sin comprenderlo, ya sabia. . . con tu rubor me ilumino al hablarte, y al separarnos te pusiste aparte del grupo, amedrentada todavía.
Fue silencio y temblor nuestra sorpresa, mas ya la plenitud de la promesa nos infundía un jubilo tan blando,
que nuestros labios suspiraron quedos . . . y tu alma estremecíase en tus dedos como si se estuviera deshojando.
L. Lugones
![](http://www.gabitogrupos.com/Mis_tutos/images/7ugif.gif)
![1inf.jpg](http://i208.photobucket.com/albums/bb188/MERTROS/1inf.jpg)
|