Respeta todas las religiones
Cada persona tiene el derecho de escoger el camino
que prefiere.
Respeta la libertad de credo en los otros, así como deseas
que respeten el tuyo.
No discutas ni procures sacar a nadie del camino que se
trazó, a no ser que tengas la obligación de hacerlo.
Respeta si quieres que te respeten.
Visita a los pobres y a los enfermos.
Por lo menos una vez por semana dedica unas horas
para consolar un corazón afligido.
Ese consuelo que tú llevas con sacrificio de tu parte, es la
garantía de que estás cumpliendo con un deber de hombre.
No esperes a que te lo pidan para actuar fraternalmente,
o para amparar a los débiles y consolar a los afligidos.