LOS VALORES
Vivimos en una sociedad donde los valores escasean, están
de baja. Se oye decir mucho: “¡Qué más da…Todo da igual!”.
Este encogerse de hombros y de energías, singular
reflejo de una crisis de vida, de una época de desaliento
y desencanto, de confusión y de promesas incumplidas,
de falta de horizontes…me parece que tiene una causa:
falta de valores.
De entrada digamos que no todo da igual. No es
lo mismo ser solidario que no serlo. No es lo mismo
la fidelidad que la infidelidad. No es lo mismo la
bondad que la falta de bondad.
No es lo mismo la gratitud que la ingratitud. No es lo
mismo la responsabilidad que la irresponsabilidad.
No es lo mismo la sinceridad que la insinceridad. Las
cosas no valen todas igual. Las cosas tienen cada una
su propio peso. Cada cosa es portadora de valores y
hay que descubrirlos.
1. ¿Qué son los valores?
Valor es aquello que hace buenas a las cosas, aquello
por lo que las apreciamos, por lo que son dignas de
nuestra atención y deseo. El valor es todo bien
encerrado en las cosas, descubierto con mi inteligencia,
deseado y querido por mi voluntad. Los valores
dignifican y acompañan la existencia de cualquier
ser humano. El hombre podrá apreciarlos, si es educado en ellos. Y
educar en los valores es lo mismo que educar
moralmente, pues serán los valores los que enseñan
al individuo a comportarse como hombre, como persona.
Pero se necesita educar en una recta jerarquía
de valores.
El valor, por tanto, es la convicción razonada y firme
de que algo es bueno o malo y de que nos
conviene más o menos. Los valores reflejan la personalidad de los individuos y
son la expresión del tono moral, cultural, afectivo y
social marcado por la familia, la escuela, las instituciones
y la sociedad en que nos ha tocado vivir.
2. ¿Con qué descubrimos los valores y con
qué los ponemos en práctica?
El hombre tiene dos facultades superiores muy
nobles: la inteligencia y la voluntad.
A) Con la inteligencia el hombre descubre que las
cosas son portadores de valores, tienen valores. Gracias
a la inteligencia él sabe que puede comportarse
sensatamente y guiarse no por el capricho, sino por
lo que la razón le hace entender que es bueno. Con
la inteligencia puede sopesar las cosas.
B) Con la voluntad libre: rompe su indiferencia frente a
las cosas y decide lo que aquí y ahora vale más para él
y elige. Y al elegir, jerarquiza las cosas y se compromete
con lo que elige. Al hacer esto forma en sí ACTITUDES
que pronto se convertirán en hábitos operativos. Si
lo que ha elegido es bueno y le perfecciona, entonces
llega a la VIRTUD, que es la disposición permanente a
comprometerse como hombre, a hacerse más hombre.
(Patricia Sandino)
*Fondo por Vainica
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