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General: EL PERDÓN: O ES TOTAL O NO EXISTE
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Sariasm  (Mensaje original) Enviado: 11/09/2011 09:38
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 
EL PERDÓN: O ES TOTAL O NO ES PERDÓN
Mateo 18,21-35
 

Preguntar es propio del discípulo, deseoso de aprender. Y Pedro pregunta hoy al Maestro:

   Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces?

Y Jesús le contesta:
No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.

Pregunta y respuesta aluden a Génesis 4, 24, una especie de canto a la venganza: "Si la venganza de Caín valía por siete, la de Lamec valdrá por setenta y siete".

El Antiguo Testamento hablaba de venganza. Y aunque el judaísmo conocía ya el deber de perdonar, el número de veces de este perdón variaba según las escuelas rabínicas, y estaba asimismo en relación con la persona perdonada (extranjero, mujer, hermano, hijos,  etc.). Había, pues, una especie de tarifa o arancel del perdón. La misma venganza, que intentaba regular la conducta personal en los casos de ofensa, llegó a limitarse a una compensación igual al daño sufrido. Su concreción fue la ley del talión: ojo por ojo (y no más), diente por diente (pero nada más).

 

En el evangelio la venganza queda superada por el perdón.

(Conviene no perder de vista el simbolismo bíblico de los números. El número SIETE en concreto y sus múltiplos, siguiendo los siete días lunares de la creación, significa la plenitud o perfección).

En este contexto hay que situar la pregunta de Pedro, que mantiene resabios del Antiguo Testamento. Pedro cree excederse en generosidad, limitando el perdón hasta siete veces. Jesús, sin embargo, renuncia a toda compensación por la ofensa recibida: el perdón no puede tener límites, o es total o no existe, debe otorgarse siempre.

¿Utopía? Quizá sea así, pero el discípulo de Jesús, insertado en el reino de Dios, está obligado a ello, aunque parezca utopía. El evangelio está lleno de utopías humanas, si olvidamos la ayuda divina. Y Jesús resuelve esta utopía con el desarrollo gráfico de una parábola, que a su vez nos recuerda la incorporación gratuita del cristiano a la gran familia del reino de Dios:

Un rey perdona a su empleado ‘diez mil talentos’ (una cantidad impagable); el empleado, en cambio, rehúsa perdonar ‘cien denarios’ (cantidad ridícula ante la anterior) a un compañero suyo, llevándolo a la cárcel hasta que pague.

“Entonces el señor llamó a su empleado y le dijo: ¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?"

La parábola está construida sobre una doble relación: la del siervo con el rey y la de los siervos entre sí. Pero al final, ambas relaciones se equiparan, constituyendo una sola:

¿No debías tú también tener compasión de tu compañero?

Lo mismo hará con vosotros mi Padre del cielo,

si cada cual no perdona de corazón a su hermano

 

El discípulo tiene, pues, una buena razón para perdonar: el perdón que Dios le otorga a él. Aunque deudor por el pecado, el discípulo se sabe gratuita e ilimitadamente perdonado por Dios y debe vivir desde la experiencia de ese perdón. Por eso, del discípulo sólo cabe esperar un perdón hacia el hermano igualmente gratuito y sin límites. Hasta setenta veces siete,  es decir, siempre.

 

Ésta es la característica del perdón del cristiano: perdona como él mismo ha sido perdonado, se apiada de su compañero como se han apiadado de él. El perdón cristiano es como el eco del perdón de Dios: Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. 

 

 

 

 

 

 

*Fondo por Vainica*

 

 

 
 


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: VAINICA Enviado: 11/09/2011 14:09
 Muchas gracias Santiago por tu valiosa colaboración,
 sin tí nuestra casita no sería igual...
 
           
                       Perdona nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. 
 


 
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