Hay momentos en la vida durante los cuales nos sentimos
desanimados y vacilantes. El problema radica en que
cometemos el error de compararnos con la demás gente. Uno es uno
y no tiene por qué medirse con otros. Una persona no es superior
ni inferior a otra. El Ser Supremo crea a cada uno de nosotros con
un toque exclusivo y original. El éxito personal no se determina
comparándonos con otros, sino comparando nuestros
logros con nuestras capacidades. Una persona es "número uno"
cuando hace lo mejor posible con aquello de que dispone diariamente