Silencio y paz.... Ya fue llevado al país de la vida.
¿Para que hacer preguntas?
Su morada, desde ahora, es el Descanso, y su vestido, la Luz.
Para siempre...silencio y paz. ¿Qué sabemos nosotros?
Dios mío, Señor de la Historia y dueño del ayer y del mañana,
en tus manos están las llaves de la vida y la muerte.
Sin preguntarnos, le llevaste contigo a la Morada Santa,
y nosotros cerramos nuestros ojos, bajamos la frente
y simplemente te decimos: esta bien, sea...
Silencio y paz.
La música fue sumergida en las aguas profundas,
y todas las nostalgias gravitan sobre las llanuras infinitas.
Se acabó el combate.
Ya no habrá para él lágrimas, ni llanto, ni sobresaltos.
El sol brillará por siempre sobre su frente,
y una paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.
Señor de la vida y dueño de nuestros destinos,
en tus manos depositamos silenciosamente este ser entrañable
que se nos fue.
Mientras aquí abajo entregamos a la tierra sus despojos
transitorios, duerma su alma inmortal para siempre
en la paz eterna, en tu seno insondable y amoroso,
oh Padre de misericordia.
Silencio y paz.
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