pero el sapo cena y se va a dormir sin darle ni cinco.
Y la rana, enojadísima, decide vengarse no preparándole la
cena del día siguiente.
Cuando llega el sapo, la encuentra cenando sola sin el plato de él
sobre la mesa.
Corre hacia ella, la abraza, la besa, y le dice: "Mi amor,
¿estás embarazada?
La rana no entiende nada, no sale de su asombro, y pregunta:
¿Y cómo te diste cuenta?
Y el sapo le responde:
Porque el que come y no convida,
tiene un sapo en la barriga...
(Lo comparto de mi correo)