Un joven banquero decide ir a comprarse su primer traje a medida.
Visita al modisto más fino de la ciudad, este le toma las medidas y vuelve
una semana más tarde para la primera prueba. Se lo prueba y queda encantado.
De pronto busca los bolsillos donde poner sus manos y se da cuenta de que no los tiene.
Le comenta al modisto la ausencia de los bolsillos y este le pregunta:
¿Pero usted no me dijo que era banquero?
- Sí, responde el joven desorientado.
¿Y dònde vio usted un banquero que meta las manos en sus propios bolsillos ?,
sentenciò el sastre.