En el umbral de mi ser
grandes misterios residen
Y pajarracos que, al ver
Que lo tardo en trasponer,
dudan y mis pasos miden.
Son aves llenas de abismo
Como las que el sueño cria.
Dudo, si pienso en mi mismo,
Y es para mí un cataclismo
el umbral del alma mia.
Al despertar soy dichoso
Y me alegro de la luz,
aunque el día es enojoso;
Que el umbral es pavoroso,
Y cada paso una cruz. FERNANDO PESSOA