CORONA DE ADVIENTO
Señor, al encerder estos cuatro cirios,
en este último domingo de Adviento,
pensamos en María, la Virgen, tu Madre y nuestra
Madre.
Queremos revivir, de una manera especial, su
disponibilidad, y lo hacemos con éste cirio rojo.
Señor, nadie, como María, te esperó con más
ilusión, con más ternura, con más amor.
Nadie te acogió con más alegria.
Tú mismo te sembraste en ella como grano de
trigo que se siembra en la tierra acogedora.
También nosotros queremos prepararnos así:
Estando disponibles a la acción de tu Espiritu
estando disponibles al compromiso de tu Reino:
En la fé, en el amor, en la gratuidad y en el
trabajo de cada día.
Para que todos vean el amor de nuestro Dios.