NUESTRA SEÑORA DE LA O

Ocho días antes de Navidad, el 18 de diciembre, se celebra la fiesta mariana de la Esperanza o de la Expectación del Parto. Es una fiesta antiquísima: establecida por el X Concilio de Toledo, se remonta al siglo VII (año 656).

El nombre y razón de ser de la fiesta tiene un sentido inmediato evidente: María está “a la espera” del próximo nacimiento Jesús. Pero este nacimiento trasciende, históricamente, el parto de María.  Jesús es el Mesías, el ”Esperado” de los siglos, prometido en el paraíso y  anunciado por los profetas. Es como si, no sólo María, sino ‘la humanidad entera estuviera gimiendo con dolores de parto’, para emplear palabras de San Pablo (Rom. 8,22). María, en la Navidad, colma esta “esperanza” suya y humana.

Esta fiesta de la Expectación de María tiene otra denominación más corriente y de origen litúrgico:     “Nuestra Señora de la O”.

La fiesta comenzaba con el rezo de vísperas del día anterior, 17 de diciembre. Desde este día y hasta el 23 siguiente, la Iglesia canta en el Oficio de Vísperas, las llamadas ‘antífonas de la O’.  Se denominan así porque todas empiezan con la exclamación “Oh” (que en latín, lengua en que antes rezaban el oficio los sacerdotes, se dice “O”).

Estas antífonas datan aproximadamente de los siglos VII-VIII, (época en que el pueblo hablaba también el latín). Son un compendio de los deseos de salvación de la humanidad. Recogen con admiración (“Oh”) los títulos mesiánicos de Jesús y terminan siempre con la misma súplica: “VEN” y no tardes más. Éste es el texto de las mismas:

Día 17: OH SABIDURÍA, que brotaste de los labios del Altísimo, abarcando del uno al otro confín y ordenándolo todo con firmeza y suavidad, VEN y muéstranos el camino de la salvación

 Día 18: OH ADONAI (Dios poderoso)  Pastor de la casa de Israel, que te apareciste a Moisés en la zarza ardiente y en el Sinaí le diste tu ley, VEN a librarnos con el poder de tu brazo

Día 19: OH RENUEVO del tronco de Jesé, que te alzas como un signo por los pueblos, ante quien los reyes enmudecen y cuyo auxilio imploran las naciones, VEN a librarnos, no tardes más

Día 20: OH LLAVE (Clavis) DE DAVID y Cetro de la casa de Israel, que abres y nadie puede cerrar,
cierras y nadie puede abrir, VEN y libra a los cautivos que viven en tinieblas y sombra de muerte

Día 21: OH SOL (Oriens), que naces de lo alto, Resplandor de la luz eterna, Sol de justicia, VEN ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte

Día 22: OH REY de las naciones y deseado de los pueblos, Piedra angular de la Iglesia, que haces de los dos pueblos uno solo, VEN y salva al hombre que formaste del barro de la tierra

Día 23: OH ENMANUEL, Rey y Legislador nuestro, esperanza de las naciones y salvador de los pueblos, VEN a salvarnos, Señor Dios nuestro

¿Curiosidad? Las iniciales de estos títulos en latín (Sapientia, Adonai,  Radix, Clavis, Oriens, Rex, Emmanuel), leídas en orden inverso, dan el acróstico “ero cras”, que en latín significa “mañana estaré” con vosotros, que es como la respuesta de Jesús a la súplica de la Iglesia.

La coincidencia en tiempo y súplica de estas antífonas con la espera de María ha identificado el nombre de las antífonas de la O con el de la fiesta mariana “Nuestra Señora de la O”.