La nutritiva de tu alma es la Palabra.
Así como en lo físico no puedes vivir sin alimentos, tu alma necesita el
alimento de la Palabra de Dios.
Cuando te alimentas con la Palabra, la debilidad y la confusión
desaparecen.
Serás como árbol plantado junto a corrientes de agua.
El protector de tu alma es la coraza de la Fe.
Con la Fe te protegerás de las inclemencias de la vida, mirarás por
encima de las circunstancias y pasarás victoriosa en medio de las
pruebas.
A través de ti, Dios moverá montañas y alcanzarás a otros para
gloria de Dios.
Si usas a diario estos productos de belleza, tu alma se mantendrá
limpia y tu corazón será puro.
Te saciarás de bien, de modo que te rejuvenezcas como el águila
.