Una sugerencia, en buena onda, para todos los cuarentones y cincuentones:
DESDE AHORA VAYAN HACIENDO ALCANCÍA PARA LOS "DEPEND", "DIAPRO" O "TENA"...CUALQUIERA QUE SEA SU PREFERIDO, PORQUE EL DESTINO LOS VA A ALCANZAR.
Hay que irse preparando porque ya no falta mucho.
En tercer año de secundaria te llovían invitaciones con letras doradas:
¡Llegábamos a los 15 años !
Diez años después, comenzaron los casamientos. Luego llegaron los cumple de los hijos, de los amiguitos de los hijos, de los hijos de los amigos.
Después todo se volvió más tranquilo el de los nietos de 5 a 7 de la tarde y... adiós.
Hasta que alguien inventó el cumpleaños del número redondo, festejar 60, 70... ¡Y estuvo genial! ¡Sí, señor!! Es casi, casi la Fiesta de la Nostalgia.
Y de pronto nos invitaron a una, justo cuando hacía mucho tiempo que no teníamos una salida formal, y había que ir bien empeluchados. La modista y el sastre del rumbo arreglaron vestidos, ensancharon trajes y pantalones.
Llegado el día, fuimos al encuentro de los compañeros de una generación pujante y vital!
Llegamos, saludamos al festejado y cuando sirvieron desde unos fuentones con mechero los platos calientes que se comían de pie comenzaron los problemas.
Raviolitos en salsa verde.
Mollejitas fritas con salsa cuatro quesos.
Camarones en salsa provenzal.
Todo bien servido a 200 comensales que, apretaditos y de pie, sosteníamos un plato caliente con una mano, el tenedor con la otra, el vaso de whisky con la otra, saludábamos a un amigo con la otra y un leve pero persistente temblorina de Parkinson en todas las manos a la vez...
El desparramo de salsas fue inevitable...Me mancharon el traje 3 veces, una con salsa roja, la otra con aroma a ajillo y otra con una crema espesa, y al fin pasamos al salón principal.
La conversación en la mesa se fue poniendo padre…. Todas las frases comenzaban con: "¿Te acuerdas de...? ¿Tú estabas el día que...?" "El que no está bien es...", "¿Sabes quién tuvo otro nieto...?", "Viste quién se murió…?".
Cuando alguien trataba de recordar quién fue el que hizo tal o cual cosa en los años 60, aparecían los…"¿eeeehhhh?, no la ch....", "¿Cómo era?..."¿Cómo se llamaba este cabrón ?..."
Y las conversaciones fueron más o menos así…
- ¿Y ustedes ya tienen nietos? preguntó un invitado chacualeando la dentadura postiza.
- Si, una - le decía la mujer.
- ¡¡UNA, UNA NIETAAAA!!!!!!!
- ¿Neneta? Qué lindo nombre. Disculpa que no te escuche bien. Están poniendo la música muy alta.
- Acá tengo una foto de mis nietecitas, la de la derecha tiene 24 y la otra ya es madre soltera - le sorrajó "en confianza" mi mujer a un invitado que ni conocíamos...
- Ni te molestes - contestó el desconocido - sin los lentes no veo nada.
La fiesta estaba bien buena, el discjockey pasaba de "Zapatos Rotos" a "El Triste" y de "La Lambada" a "Oye"... mientras la mayoría le daba una ajustada al volúmen de los aparatos auditivos.
De la pista me hacía señas un pelado con bastón que la hacía de locomotora para que saliéramos a bailar con "El Trenecito". Dos veces me tenté y dos veces me senté. Dos veces me paré y dos veces mi mujer me pegó un pellizcón en zonas de compromiso, me aplicó el plan tacón aguja por debajo de la mesa y me gritó en secreto al oído: - ¡¡Espérate a que salgan los lentos, si bailamos esto se nos descose todo!! ¿Por qué no vas a fumarte un cigarrito allá afuera?
Ahí viene el mozo ¿Te pido algo?
- Sí, pídeme un jaibol con Melox, y un par de aspirinas batido con Sal de Uvas y con bastante hielo. Estoy que repito todo lo que comí. Ya vengo... te encargo las muletas, si no llego en una hora, me voceas.
- Mi amor - me dijo mi mujer cuando me paré- llévate el celular por las dudas y llévate también este papel con el número de la mesa bien anotadito que después te la pasas buscando por todo el salón.
Un detalle que muchos agradecimos fueron lo sobrecitos de Corega junto a los cubiertos en la mesa.
El baño estaba de lo más concurrido, flojos de vejiga y prostáticos agrandados nos encontrábamos a cada rato en los mingitorios... orinando todos con una mano recargada en la pared y apuntando al centro y bien repegados al mingitorio para no dejar charco. Era un espectáculo de dar lástima, pero divertido. Siempre salía alguien con el pantalón mojado en la entrepierna.
Desde adentro del salón, el tipo del micrófono avisaba que había aparecido una señora llamada Raquelita Mendoza viuda de Armendáriz que no encontraba su mesa y que estaba junto al tipo que ponía la música, para que un familiar pasara por ella.
Fue una fiesta inolvidable, a las 11 de la noche nos tomaron la presión a todos y un enfermero atendía sin costo a los que se sofocaban bailando. Héctor, el cardiólogo hacia bajar la presión de los más graves con pastillas sublinguales. Por suerte no fue necesario utilizar el aparato para electrocardiogramas ni tampoco el DEA (Desfribrilador Externo Automático)...
Para tranquilidad de todos avisaron que una ambulancia de la Cruz Roja hacía guardia permanente en la puerta del salón. Junto a la mesa donde pusieron los recuerditos, en un detalle realmente novedoso, a los que queríamos seguir tomando cerveza nos iban entregando pañales desechables.
¡Formidable invento esto de las fiestas de los cumpleaños 70!
¡Y que se pongan de moda justo ahora, que todavía estamos hecho unos potros!
(...Si vas a reenviar este correo, deja la letra grande, pues la mayoría de tus amigos no ve ni madres.......... y después ni se van a acordar.)
LES DIRE QUE YO ME LA PASE A TODO DAR.....
luis mario. | | |