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General: ¿COMUNISTAS? ¡NO; CRISTIANOS!
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Sariasm  (Mensaje original) Enviado: 15/04/2012 18:56


¿COMUNISTAS? ¡NO; CRISTIANOS!

Cristianos de las primeras comunidades apostólicas. Motiva el título el comienzo de la primera lectura de este domingo segundo de Pascua (Hch 4,32-35): lo poseían todo en común

Esta última frase ha dado pie a ciertos ‘ideólogos’ para pensar que ya entonces existía, de alguna manera, el comunismo. Pero entre comunistas y cristianos no puede existir parecido real alguno. Son antípodas. Al margen de ideas políticas, la oposición frontal radica en la fe. El comunismo se declara ateo. En cambio, el centro que aglutinaba a todos los cristianos en idénticas convicciones y sentimientos era la fe en Cristo.

Desde este ángulo hay que entender las palabras de Lucas:

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo:

lo poseían todo en común

Sin duda era ésta una buena norma de vida cristiana; brotaba espontánea de la convicción y práctica del “mandamiento nuevo”. Si Dios es amor, la fe cristiana se inserta forzosamente en el amor. Y el verdadero amor, el amor de corazón, llega hasta la sintonía de pensar y sentir como ‘el otro’: “los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo”.

La comunicación de bienes es sólo una consecuencia necesaria del amor. (Piénsese en la madre que deja de comer por alimentar al hijo;la mujer o amigo que quiere hacer partícipe de todo lo bueno al esposo o amiga…). Por la fe, todos los cristianos viven en Cristo, y Cristo vive en todos [”es Cristo quien vive en mí” Gal 2,20]. No existía, pues, entre los primeros cristianos, ‘yo’ ni `tú’ sino ‘nosotros’; por eso, no había 'mío' ni 'tuyo', sino la participación de todos en los bienes que Dios nos da por Cristo:

lo poseían todo en común.

y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía.

El centro de esta cohesión comunitaria se situaba en la predicación de los apóstoles. Ellos daban testimonio del Señor resucitado, primicia de la propia y, para ellos inminente, resurrección:

Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús

con mucho valor.

Y esta nueva existencia de resucitados en Cristo, ofrecía también una nueva perspectiva de vida, que incluía como característico el desarraigo de los bienes temporales. En el fondo era seguir el camino de las bienaventuranzas, que beatifican a los pobres y humildes; recordaban asimismo las palabras de Jesús: "Vende lo que tienes y dalo a los pobres" (Lc 18,22).

En el texto de Lucas, no sólo los apóstoles aplaudían esta conducta; “todo el mundo los estimaba” (2,47); y hasta Dios mismo garantizaba el proceder desde el cielo:

Y Dios los miraba a todos con mucho agrado.

No se trataba, desde luego, de organizar un sistema de trabajo comunitario, un ‘kibutz’ israelí, o un ‘koljoz’ comunista; pero el procedimiento, fundado en la caridad, al menos temporalmente, funcionaba:

Ninguno pasaba necesidad,

pues los que poseían tierras o casas las vendían,

traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles;

luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno.

Conviene subrayar la importancia que en esta descripción se concede a la comunicación de bienes materiales. El amor al prójimo, manifestado en obras de caridad, era prueba ostensible del amor a Dios. San Juan dirá expresamente (1 Jn.3,17): “El que, poseyendo bienes de este mundo, ve a su hermano necesitado y no le presta ayuda, ¿cómo puede presumir de que ama a Dios? Hijitos, no amemos de palabra y con la boca, sino con obras y de verdad.. El que no ama al hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve” (4,20).

Es la misma idea en que insiste Lucas: el desprendimiento efectivo de las riquezas a favor del necesitado, no solo la "pobreza de espíritu", a veces—tal vez inconscientemente—cómoda y ficticia.

Para evitar equívocos, el libro de los Hechos propone un ejemplo (que no se lee en la misa de hoy) con dos vertientes:

1ª: Bernabé, levita y chipriota de nacimiento, vende un campo y entrega el precio a los apóstoles (4,36-37). Lógicamente merece el aplauso de éstos.

2ª: los esposos Ananías y Safira venden un campo, se reservan parte del dinero y llevan lo restante a los apóstoles, fingiendo que aportan la totalidad. Pedro les increpa: ‘¿cómo es que Satanás os ha impulsado a mentir al Espíritu Santo quedándoos parte del precio del campo?...’ (5,1-11). Y ambos mueren condenados, no por el hecho de no compartir la totaalidad de su venta, sino por su comportamiento hipócrita.

-----------

Me lo contó Anne, una joven que, por imposición familiar, emigró a un país comunista, al comienzo de la guerra civil española. Pronto le llamó la atención el título que ostentaban destacados edificios y fincas: “Todo para el pueblo”. Un día la llevaron a la ciudad. Pasó por la puerta de un parque, recuerdo quizá de los zares. En el frontispicio de la entrada, la frase ‘consagrada’: “Todo para el pueblo”. Anne, inocente y osada, quiso entrar. Se lo impidió una voz imperiosa y enfurecida. “¿No es todo para el pueblo?”, inquirió Anne. La contestación fue tal vez una definición del comunismo: “Sí, pero la utilizan sólo las familias de los jefes”.

Menos mal que, al negar a Dios, tampoco andaban por allí los apóstoles. Se evitaba así la suerte de Matías y Safira.

*Fondo por Vainica*



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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: VAINICA Enviado: 15/04/2012 21:01

Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús

con mucho valor.

 

 

 


Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: semíramis17 Enviado: 15/04/2012 21:18

Ninguno pasaba necesidad,

pues los que poseían tierras o casas las vendían,

traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles;

luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno


Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: VAINICA Enviado: 16/04/2012 14:50
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