QUE CIRCULE EL AMOR DE DIOS
El director de un centro escolar, en un escrito dirigido a sus alumnos de bachillerato, escribia en los momentos en que la crisis comenzaba a hacerse evidente.
"No hemos de menospreciar la posibilidad que en los proximos meses muchas de nuestras familias sean sacudidas por la grave crisis económica que estamos viviendo. Puede ser que en un futuro próximo no tendremos margen de maniobra si no hemos previsto un plan de actuación. En el contexto actual se habla a menudo de una tempestad que se acerca y que nos afectará inevitablemente a todos.".
"En nuestro mundo circula casi de todo:Información, saber, dinero,mercancias, personas, virus, bombas, prostitución, drogas...Hay un déficit, pero de circulación de amor. El amor no circula suficiente. En ocasiones parece bloqueado.Es una fuerza aparentemente débil, pero es la más fuerte. Nuestro mundo tiene unas estructuras débiles, porque se han construido y se mantienen a menudo sin esta fuerza del amor. Pero es realmente tan poco sólida nuestra sociedad?. Podemos hacer algo para fortalecerla, incluso en un momento de crisis como la actual?.
"Acerquémonos a las células sociales mas pequeñas, las familias y las relaciones que se establecen entre sus mienbros. Aguantan, de momento, gran parte del peso de la crisis. Sus miembros estan mas cercanos efectivamente y comparten bienes y recursos emocionales y sociales con más intensidad , creando así un cojin contra la adversidad. Ya veis que , contra lo que se dice, hoy por hoy nuestra sociedad tiene muchos puntos sólidos . Conviene reforzarlos y no olvidar que estamos en las manos del Señor. No os dejeis llevar por el abatimiento y la desesperanza!".
Delante de las incertezas , las dificultades, la desolación incluso,es fuerte la tentación de caer en la desesperación, de ponerse las manos a la cabeza y quejarse:
"La generación que viene vivirá peor que la anterior, es una generación perdida!".Bien lejos de estas actitudes , el autor del escrito nos anima a la esperanza, haciendo cordada a la escuela, en el trabajo, con los amigos, en las entidades de las que seamos miembros...y hacerlo como nos enseña Pablo: "Os pido que vivais de una manera digna la vocación que habeis recibido, con toda humildad y dulzura, con paciencia, soportando con amor los unos a los otros, procurando conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz" (Ef 4.1-3).
Porque "...somos las manos del Señor", somos las manos del Dios que nos quiere infinitamente, del Dios que confia en nuestros esfuerzos y que ilumina nuestra generosidad hacia los otros. Haciendo circular el amor de Dios!.
(Enric Puig Jofra, SJ)