Horas rotas
Quiero beberte a gotas, despacio, que nunca se acabe acumularte, toda en mí, no gastarte, que nunca te vuelvas ni polvo ni ceniza, que el aire no te toque para que no te evapores y sigas viva, eterna, en la sal de mi ser.
Quiero para siempre respirar tu aroma, de besos sedientos que llegan a mis labios y como pétalos, de rosas rojas húmedos, apagan la sed de mi boca.
Quiero que no te vayas que no me dejes, sólo, sin ti, mirando pasar los años llenos de semanas vacías, con horas rotas que forman días tan largos, como mares sin orillas.
Quiero que no te vayas que te quedes a mi lado hasta que las cuerdas de la guitarra, suenen el último latido hasta que yo regrese a las raíces y la tierra me transforme en algún fruto maduro y tú lo muerdas otra vez.
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