Sin embargo, al salir la mariposa tenía un cuerpo muy hinchado
y unas alas pequeñas y dobladas.
El hombre continuó observando, pues esperaba que en cualquier
instante las alas se desdoblarían y crecerían lo suficiente
para soportar al cuerpo, el cual se contraería al reducir
lo hinchado que estaba.
Ninguna de las dos situaciones sucedieron y la mariposa sólo
podía arrastrase en círculos.
con su cuerpecito hinchado y sus alas dobladas nunca pudo
llegar a volar.Lo que el hombre en su bondad y apuro no
entendió, fué que la restricción de la apertura del capullo
disfrutemos cada instante de cada día por lo que tenemos
y nos ha sido dado.
y la lucha requerida por la mariposa, para salir por el
diminuto agujero, era la forma en que la naturaleza
forzaba fluidos del cuerpo de la mariposa hacia sus alas,
para que estuviesen grandes y fuertes y luego pudiese volar.
La libertad y el volar solamente podían llegar luego de la lucha.
Al privar a la mariposa de la lucha, también le fué privada su salud.
Algunas veces las luchas son lo que necesitamos en la vida.
Si la naturaleza nos permitiese progresar por nuestras vidas sin
obstáculos, nos convertiría en inválidos. No podríamos crecer
y ser tan fuertes como podríamos haberlo sido.
Cuánta verdad hay en esto!
Cuántas veces hemos querido tomar el camino corto para salir
de dificultades, tomando esas tijeras y recortando el
esfuerzo para poder ser libres.
Necesitamos recordar que nunca recibimos más de lo que
podemos soportar y que a través de nuestros esfuerzos y caídas,
somos fortalecidos así como el oro es refinado con el fuego.
Nunca permitamos que las cosas que no podemos tener, o
que no tenemos, o que no debamos tener, interrumpan
nuestro gozo de las cosas que tenemos y podemos tener.
Nunca pensemos ni nos enfoquemos en lo que no tenemos,