El síndrome del nido vacío puede resignificarse en
el encuentro o el re encuentro con uno mismo, con los
sueños, las metas y los objetivos que habían quedado
en el olvido...
Es una etapa en la cual la contradicción está a la
orden del día. Si bien, los padres sienten una gran
satisfacción al presenciar como sus hijos han
conseguido forjarse una identidad vinculada al trabajo,
a la propia familia o a la realización personal, la sensación
de angustia ante una nueva realidad sin ellos como
parte de la vida cotidiana, es un sentimiento casi inevitable.
El “síndrome del nido vacío” es el nombre que recibe
esta conducta que experimentan los padres cuando
sus hijos parten de su casa.
Los expertos coinciden en que este síndrome me ha
vuelto más frecuente en los tiempos modernos ya que
hace tan sólo algunas décadas atrás coexistían dos
pautas sociales.
La expectativa de vida en la tercera edad era menor
o bien, existía como pauta la familia extendida; hijos que
vivían con su propia familia en la casa de sus padres.