Muchísimas gracias por tus “firmitas violinistas”.
Empiezo a comprender por qué a veces representan a los angelitos interpretando músicas celestiales —supongo— con algún “Stradivarius” angelical. ¿Estaría oyéndolos S. Pablo, cuando escribió aquello de que ni el ojo vio, ni el oído oyó … lo que Dios tiene preparado allá arriba?