Cuantas veces siendo niña te recé, con mis besos te decia que te amaba,
poco a poco, con el tiempo, olvidándome de Ti´
por caminos , que se alejan me perdí.
Hoy he vuelto, Madre, a recordar,
cuantas cosas dije ante tu altar,
y al rezarte puedo comprender,
que una Madre no se cansa de esperar.