La verdadera libertad se conquista desde el interior, con valor y fortaleza. Es necesario estar dispuesto/a a romper cualquier vínculo, a no depender de nada ni de nadie para sentir la auténtica sensación de libertad. Cuando te chocas con tu soledad es cuando te encuentras a ti mismo/a, y cuando te desapegas de todo lo superfluo es cuando valoras lo genuino de la vida. La libertad emocional significa decidir por encima de razonamientos y sentimientos, confiar en las leyes universales sin miedo. Llegar a sentir la unión con la naturaleza, disfrutar del amanecer ante un abismo, entregarse a la plenitud del océano, nos recuerdan quiénes somos y cuál es nuestro lugar. A partir de ahí podemos encontrar nuestro verdadero propósito y descubrir nuestra razón de ser. Es cuando todo toma un nuevo sentido.