Qué gran recuerdo guardo de la visita que hace un montón de años realicé a Fátima. Solo puedo decir ¡Impresionante! fuimos dos matrimonios un fin de semana. Ansiábamos hacer una visita a Fátima y lo conseguimos. Fueron dos días inimaginables sobre todo el sábado con el rezo del Santo Rosario por la explanada. La oscuridad contrastaba con la suave luz de las velas que cada peregrino portaba. El recogimiento tan grande impactaba, te sentías transportado. No encuentro la palabra justa, adecuada para expresar los sentimientos que nos embargaban (juzgo por mi misma).
El domingo, en su misma explanada La Santa Misa fue oficiada por muchísimos sacerdotes y en todas las lenguas habidas y por haber. Genial cuando llegó el momento de darse la paz, surgía la espontaneidad y lo mismo eran apretones de mano que saludarse con un abrazo, todos éramos iguales, no se distinguía el color de la piel.
Ha pasado tanto tiempo y lo recuerdo como si fuera ayer.
En realidad merece la pena visitar Portugal sobre todo rezar ante la Santísima Virgen.
Un abrazo a El Mundo de Vainica
Puri
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