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General: ¿TU CREES EN LOS REYES MAGOS?
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: Sariasm  (Mensaje original) Enviado: 06/01/2013 11:00

¿TÚ CREES EN LOS REYES MAGOS?

Acabo de hacer esta misma pregunta a Luis G., un sacerdote ejemplar, jovial y simpático, al que parece que le brota el chiste hasta por los dedos de las manos. Luis me contestó:

Mira: Va un abuelo paseando con dos de sus nietos, casi bebés. Llegan a una zona pantanosa, donde picotean varias cigüeñas. El abuelo, como todos los abuelos, enseña a sus nietos: ‘Éstas son cigüeñas, las que traen los niños de París’. Los dos bebés callan. De pronto uno de ellos se acerca al otro y le dice al oído: ‘¿Se lo decimos o lo dejamos en su inocencia?’

Esta es mi disyuntiva en estos momentos: decirlo o callar. No sólo respecto al tema de los Reyes Magos, sino a gran parte de los hechos navideños. El misterio de Navidad, sin dejar de ser misterio, se enuncia de manera muy sencilla, pero imborrable, en la estrella de la Basílica de Belén:

Aquí nació Jesucristo de la Virgen María.

Marcos, el primer evangelista, ni siquiera menciona el nacimiento. Juan lo formula teológicamente: “El Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros”.

A los primeros cristianos esta presentación tan simple, para hecho tan grandioso, les pareció demasiado ‘desangelada’. Había que preparar el belén.

Lucas decora ya un poco la escena, pensando más en catequesis que en hechos históricos: recuerda un hipotético censo romano, que obliga a María y a José a viajar a Belén, y aloja a los peregrinos en un humilde lugar, donde había un pesebre: allí nace el que no había de tener donde reclinar su cabeza (Lc.9,58). Pero, como el recién nacido es Dios, vienen a reconocerlo como tal unos pastores, pobres como Jesús, que representan a los desposeídos de la tierra. (Además caían bien, porque el rey David, de quien desciende Jesús, había sido pastor en Belén, de donde lo sacó el profeta Samuel para ungirlo como Rey de Israel -1 Sam.16,13-). Y si Jesús era Dios, no podían faltar ángeles que cantaran el ‘gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz’ (Lc.2,14), vocación primordial del Mesías (Is.9,5).

Mateo, por su parte, judío que escribe preferentemente para judíos, busca y narra coincidencias bíblicas aplicables a Jesús , no sólo en la genealogía, sino en su nacimiento virginal y en Belén (1,23;2,6); en la huida a Egipto, en la muerte de los inocentes y en el regreso a Nazaret (2,15,18,23). Ese Niño—viene a decir Mateo—es el Mesías-Rey, Salvador universal vaticinado por los profetas. Por eso llegan a rendirle vasallaje de adoración y dones de tributos “unos magos de Oriente”. Unos magos que hoy no sabemos si astrólogos o sabios, si venían de Persia o de Tartesos, no cuántos eran, pero que llegaban—todos juntos—convocados al parecer por una misteriosa estrella, que ningún astrónomo ha logrado identificar. Más tarde ‘supimos’ que eran tres, y les dimos carnet de identidad con su nombre y profesión; en España hasta los hicimos reyes: traían la representación real de Europa, Asia y África (perdonen los de América y Oceanía, que aún no figuraban en la historia).

[Los apócrifos hasta buscaron para María dos comadronas llamadas Zelomí y Salomé; ésta quiso comprobar la virginidad de María y, por incrédula, se le secó la mano, aunque —como era la primera Navidad— todo tenía que acabar bien y el recién nacido, Jesús, la curó (Evangelio del Ps. Mateo XIII,3)].

Corrieron los siglos. Se pensó que había que celebrar tamaño acontecimiento por todo lo alto:

“Si hacemos parabienes

cuando nace uno de nos

¡qué será naciendo Dios!”.

Siguiendo a San Francisco en Greccio, comenzamos a ‘armar el belén’, primero en catedrales, luego en iglesias y casas particulares; ya en nuestros días, iluminamos las ciudades con luces de neón y figuras exóticas. El comercio, aprovechando la oportunidad, se unió con entusiasmo a la fiesta. Y como no existe fiesta que se precie, si no va acompañada de música, inundamos casas, calles y comercios de villancicos (cantos de villanos o gentes sencillas), desde el íntimo ‘Stille Nacht’ hasta el vulgar ‘Pero mira cómo beben los peces en el río’.

Es verdad que a veces, en la vida real y en las creencias, perdemos de vista a María, a José y al Niño. Y hasta los pueblos llamados civilizados barren a Dios de su historia y Constituciones. Pero ¿por qué no seguir aprovechando el montaje del belén? Convertimos la Navidad en fiestas familiares, reservamos lo religioso para los niños, y todo vale: Viajes, visitas familiares, comidas de familia o de empresa, vacaciones, regalos…

[Será, amiga Semíramis, ‘la dimensión política de la Navidad’? ¿Será acaso, Vainica, que “Cuando el filósofo señala la Luna con el dedo, el tonto se fija solo en el dedo”? ].

Pero seamos comprensivos, que en estas fiestas todos nos hacemos un poco mejores. Y es que, ante el misterio de Navidad, solo caben dos actitudes: o poner cara seria y decir ‘yo soy ateo’, ‘yo soy agnóstico’, ‘yo no creo esas cosas’ [¿el tonto que mira el dedo, sin ver la luna?]; o hacerse niño y aceptar el misterio como misterio.

Y aunque todo parezca un desmadre, una locura, (pasemos a lo transcendente) ¿no es tal vez una divina locura que Dios se haga hombre por amor al hombre?

Perdóname, Señor. Comprendo poco la locura de la Navidad; pero ¡es que, en mi mezquindad, tampoco te comprendo a Ti! Gracias por hacerte hombre.



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: VAINICA Enviado: 06/01/2013 17:14
Me ha emocionado tu  escrito de hoy y me ha dejado reflexionando...
De nuevo has conseguido que me trasnporte con el pensamiento a Tierra Santa y más al ver 
 la estrella de Belén en tu firma...
Tengo mucho para pensar en los días sucesivos...
Y claro que creo que en los Reyes Magos...
Que disfrutes mucho de este mágico día ...

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: semíramis17 Enviado: 06/01/2013 19:57
¡Gracias!
No se que decirte mas que esto, a tus reflexiones.
¡GRACIAS !
Por haceme reflexionar
 


 
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