.
.
.
Buscando mis tristes alegrías, le escribo a la nada, si… A la nada… A la soledad encerrada en una burbuja, vivo de fantasías, que se han convertido en cenizas, sólo eso… Cenizas.
Y parezco vivir, en medio de un mundo mágico, sin magia; y me siento morir, entre los aromas de tu cuerpo que huelen a abandono, y parezco resucitar, entre mis sueños que me acarician con dolor, y despierto armando un rompecabezas de recuerdos tuyos.
El silencio forma parte de mis amaneceres, tu silueta me sigue acompañando en mis atardeceres, tu voz se va desvaneciendo con el ocaso del sol, y la noche termina por abrazarme cuando tu silueta, tu voz, tu silencio, tu cuerpo, mi vida se ha ido.
.
Desconozco autor
.
.
. |