Hoy ha sido un día muy especial para el mundo entero. Millones de ojos húmedos por la emoción pendientes del televisor para ver la salida de Benedicto XVI, abandonando el Vaticano para dejar de ser Sumo Pontífice.
Su deterioro físico es patente y el cansancio en su mirada es notorio. Que el Señor le de fuerzas para que con sus oraciones en el silencio de su descanso, pida por el nuevo Papa al que "promete obediencia incondicional" y por todo el mundo
Gracias Benedicto, gracias por guiar a tu iglesia, gracias por el amor que derrochaste hacia la juventud en las JMJ y gracias por ayudarnos a cultivar la fe. Hasta siempre.
Puri