El amoroso desapego
Pasar por alto la respuesta dura…,
darse cuenta que nada es “personal”…,
saber que cada cual tiene “sus rollos”…,
y no devolver nunca “mal con mal”…
Dejar que nos resbalen las ofensas,
las críticas…, las burlas…, los agravios…,
sabiendo que no tienen por qué herirnos
las frases que pronuncian otros labios…
Ignorar por completo los desaires,
sin asentarlos en ningún cuaderno:
hacer de cuenta “que no ha pasado nada”,
y sonreír en nuestro fuero interno…
Dejar de pretender estérilmente
que “alguien” de afuera nos de validación,
porque la que realmente es importante,
¡es la de nuestro propio corazón!
Y no esperar ya más que nuestra dicha
provenga de lo que hagan los demás,
comprendiendo por fin que es uno mismo
el responsable de su propia paz…
Pero a la vez, tratarlo siempre al otro,
de un modo dulce, cariñoso y tierno,
como si nunca nos hubiese herido…:
¡eso es “el Amoroso Desapego”!
Jorge Oyhanarte