
Ante el dolor, José Mª Alimbau no habla nunca de resignación, que es pasiva,
sino de aceptación.
Hay gente que está incómoda consigo misma porque no valora nada,
ni tan siquiera una sonrisa gratuita, ni una palabra amable...
Haces pues, higiene mental y, a la vez, higiene en lo más hondo del espíritu...
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