
A mí, Hasan, hijo de Mohamed el alamín, a mí, Juan León de Médecis, circuncidado por la mano de
un barbero y bautizado por la mano de un papa, me llaman hoy el Africano, pero ni de África,
ni de Europa, ni de Arabia soy. Me llaman también el Granadino, el Fesí, el Zayyati, pero no procedo
de ningún país, de ninguna ciudad, de ninguna tribu. Soy hijo del camino, caravana es
mi patria y mi vida la más inesperada travesía.
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Creo que León el Africano es la obra maestra del autor.
Este libro hay que leerlo con detenimiento y mente abierta.
Lo leímos y comentamos en la Tertulia Literaria y le sacamos mucho jugo.