trata de recordarlo ya que eso te llena de fortaleza, alegría,
ánimo y algunas veces con un poco de tristeza.
Vamos a hacer un poco de memoria de cuando eras pequeño-a,
hubo momentos en que,
el estrenar un par de zapatos te hacía
sentir una gran emoción misma
que te entusiasmaba, te sentías único.
Ahora vamos a recordar tu primer amor,
tanto te emocionaba que te querías ver perfecto,
y oler perfecto, el peinado no tenía que ser menos
ya que era tu presencia
ante esa personita que tanto te interesaba
y eso te hacía sentir mariposas en el estómago, lo recuerdas.
Ahora vamos un poquito más adelante
cuantas veces hiciste una locura por algo,
para conseguir un trabajo, para que te ascendieran
o para que te admiraran
y no te arrepentiste, nada más cuando te acuerdas
te da pena o te ríes y dices que locuras.
Ahora creo que ya pensamos más las cosas
porque tenemos un compañero,
hijos y ya no puede ser igual que antes,
nada más recuerda que así como
tú te ilusionabas con pequeñas
o grandes cosas, tus hijos van a hacer lo mismo
y eso hay que saberlo entender.
Y de la tristeza no hay que acordarnos
ni hacerla sentir a los que amamos.
DE LA RED