MOMENTOS BUENOS Y MALOS
Nuestra vida tiene más momentos buenos, que malos.
Esta afirmación me la refutaría el 90% de las personas, pero
ninguna con argumentos convincentes ¿Por qué?
Pues tiene una fácil explicación.
La raza humana es pesimista a más no poder.
Hasta los mismos optimistas tienen problemas para defender
su postura, pero es por la sencilla razón de que a todo el
mundo le gusta creer que su vida es un auténtico drama en
el que son los mas sufridores del mundo y necesitan salir
por ellos mismos. No entraré en la “demagogia”
(Como odio esa palabra) de decir “es que no nos damos
cuenta de que los de Birmania viven peor” porque
es absurdo.
Es tan absurdo como creer que todo el mundo en las casas
llora cada vez que ocurre en el mundo un desastre.
No confundamos solidaridad, con tristeza, porque si a mí
alguien me dice que siente lo mismo cuando oye un huracán
en X sitio, que si se le muere un familiar, lo llamo mentiroso
o mentirosa sin pestañear.
No es ese al punto al que quiero ir. Lo que quiero compartir
con vosotros es la certeza, de que la palabra felicidad está,
como diría un gran amigo, sobrevalorada. Tendemos a
asociar “momento feliz” con “momento en el que besamos
a nuestra novia, salen fuegos artificiales y suena la BSO
de Ghost mientras la miras y sus ojos brillan…”. Para mí
eso es simplemente un momento mágico.
Pero tendemos a olvidar el hecho de que tenemos muchas
muestras diarias de cariño, quizá de otras fuentes a las
que no damos tanta importancia conscientemente: un amigo
que te llama para ver como te va, cuando llega un familiar
a tu casa para visitarte y te da dos besos preguntándote
como te va… incluso cuando ayudas a tu madre fregando
la loza, estas haciendo feliz a alguien y por ende tu te
sientes contento de sentirte útil y de saber que ayudas
a la felicidad de otra persona.
Esto se basa en que somos egoístas. Se que es algo en
lo que me repito mucho en estos escritos, pero es la
verdad, pura y real. Y en que no sabemos lo que tenemos
hasta que lo perdemos o amenaza con irse. He oído
tristemente a mucha gente decir cuando enferma un
familiar o amigo, que ojala lo hubiesen visto más veces.
Las palabras se las lleva el viento, lo que se tiene que hacer
es sacar un poco mas de nuestro tiempo para pasarlo
con nuestros seres queridos. Descubriremos que ese
tiempo estará igual de bien empleado que si nos
ponemos a ver la TV.
Lo mismo en el amor. Todo el mundo tiende a creer que
“ha sido buen o buena novia y que la culpa es del otro”.
Pero con el tiempo vemos que la frase “ambos tienen
razon, ambos se equivocan” esta mas que justificada
(Personalmente con una ex mía sola no comparto esta frase),
pero el tiempo a mí me ha hecho ver no solo que yo cometí
muchos fallos que a la larga lastraron mi relación, sino
que había mas momentos bonitos de los que yo recordaba.
Es algo muy doloroso, descender al fondo de nuestra alma,
ver y enfrentar nuestra oscuridad, nuestros fallos y
temores y reconocer que nosotros tuvimos algo de culpa
en lo que pasó. Pero siendo sinceros yo no cambiaría mi
pasado, ni es mi intención volver con nadie. Precisamente lo
que ha ocurrido a lo largo de mi vida, es lo que me ha
hecho ser quien soy y recordarme que tengo que luchar
por lo que quiero, aunque nunca sea seguro que triunfe.
Solo sé, que mis acciones me definen, y que aunque todo pinte
negro, no todo es de ese color, ni lo fue.
Rachas buenas y rachas malas siempre las habrá,
pero las cosas, tomen la dirección que tomen, siempre van a
la dirección que han de ir.
Pensadlo por un momento, aquella persona con la que
rompisteis, aquel amigo o amiga con el que os peleasteis
¿No se acabaría la relación porque aquello no daba para mas,
y porque era lo mejor para los dos? Pero seguro que
si ahora echas a recordar, recordarás momentos mágicos
que no cambiarías por nada en el mundo.
Tu primer beso con ella o él, aquella vez que veíais
una película juntos, cuando jugabas con tus colegas a
un juego de mesa… estas cosas son las que me hacen
creer que no existe un destino escrito, porque es
absolutamente innecesario: las aguas de los ríos
siempre vuelven a donde tienen que estar.
Si algo funciona, no se estropeara.
Recuerda, incluso en tus momentos mas sombríos
mirarte y reconocer tus propios errores. Hacerlo hará
que crezcas como persona, pero también quitará la vista
negra que te impide ver aquel pasado como algo que nunca
volverá, o algo que nunca volverás a sentir.
Nunca es una palabra muy grande, que nunca se llega a cumplir.
Ten fe, se paciente y no busques los momentos… deja que
lleguen y entonces sí, disfrútalos como si fuesen los últimos.
Con el tiempo, los buenos recuerdos prevalecen
y los malos, se van.
*********************
(Lo comparto de mi correo)
|