LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO:
Sabiduría:
gusto para lo espiritual, capacidad de juzgar según la medida de Dios.
El primero y mayor de los siete dones.
Inteligencia (Entendimiento):
Es una gracia del Espíritu Santo para comprender la Palabra de Dios y profundizar las verdades reveladas.
Consejo:
Ilumina la conciencia en las opciones que la vida diaria le impone, sugiriéndole lo que es lícito, lo que corresponde, lo que conviene más al alma.
Fortaleza:
Fuerza sobrenatural que sostiene la virtud moral de la fortaleza. Para obrar valerosamente lo que Dios quiere de nosotros, y sobrellevar las contrariedades de la vida. Para resistir las instigaciones de las pasiones internas y las presiones del ambiente. Supera la timidez y la agresividad.
Ciencia:
Nos da a conocer el verdadero valor de las criaturas en su relación con el Creador.
Piedad:
Sana nuestro corazón de todo tipo de dureza y lo abre a la ternura para con Dios como Padre y para con los hermanos como hijos del mismo Padre. Clamar ¡Abba, Padre!
Temor de Dios:
Espíritu contrito ante Dios, concientes de las culpas y del castigo divino, pero dentro de la fe en la misericordia divina. Temor a ofender a Dios, humildemente reconociendo nuestra debilidad. Sobre todo: temor filial, que es el amor de Dios: el alma se preocupa de no disgustar a Dios, amado como Padre, de no ofenderlo en nada, de "permanecer" y de crecer en la caridad.
El Espíritu Santo actúa siempre para un fin: nuestra santificación
que es la comunión con Dios y el prójimo por el amor.
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Fuente principaL:
-Catecismo de la Iglesia Católica
*Fondo por Vainica*