¡Alégrate y goza, hija de Sión!, que yo vengo a habitar dentro de tí oráculo del Señor-.
Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y serán pueblo mío. Habitaré en medio de tí, y comprenderás que el Señor de los ejércitos me ha enviado a tí. El Señor tomará posesión de Judá sobre la tierra santa y elegirá de nuevo a Jerusalén.
¡Calle toda carne ante el Señor cuando se levanta de su santa morada!
V/. Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador. R/.
V/. Porque ha mirado la humillación de su esclava desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es Santo. R/.
V/. Y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón. R/.
V/. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. R/.
V/. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres- a favor de Abrahán y su descendencia por siempre. R/.
En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo avisó:
-«Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo.»
Pero él contestó al que le avisaba:
-«¿Quién es mí madre y quiénes son mis hermanos?»
Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo:
-«Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.»