EL ASNO Y EL COCHINILLO
Envidiando la suerte del Cochino,
Un Asno maldecía su destino.
"Yo, decía, trabajo y como paja;
él como harina, berza y no trabaja;
a mi me dan palos cada dia,
a él le rascan y halagan a porfia".
Así se lamentaba de su suerte
pero luego que advierte
que a la pocilga alguna gente avanza
en guisa de matanza,
armada de cuchillo y de caldera,
y que con maña fiera
dan al gordo cochino fin sangriento.
Dijo entre sí el jumento:
Si en esto para el ocio y los regalos,
al trabajo me atengo y a los palos.
Samaniego