La luna brilla en un compás de calma, con su reflejo adornando el agua, juntos tú y yo, una vez más.
Mirando las plantas, acariciadas por el viento, viviendo muy lento, tu amor junto a mí.
En el atardecer, las rosas se abren, para dar paso al amor, que nos tenemos tú y yo.
Una tarde te vi, no pude dejar de observarte, al mirarnos vibré, supe que te tenía que conocer, no me equivoqué, pues ahora estas junto a mí, y los dos juntos hasta el fin.
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