Dios te salve, María, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida por Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el primer instante de tu Concepción: así como por Eva nos vino la muerte, así nos viene la vida por ti, que por la gracia de Dios has sido elegida para ser Madre del nuevo pueblo que Jesucristo ha formado con su sangre.
A ti, purísima Madre, restauradora del caído linaje de Adán y Eva, venimos confiados y suplicantes en esta novena, para rogarte que nos concedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo Jesucristo, libres de toda mancha de pecado.
Acordaos, Virgen Santísima, que habéis sido hecha Madre de Dios, no sólo para vuestra dignidad y gloría, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano. Acordaos que jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección e implorado vuestro socorro, haya sido desamparado. No me dejéis, pues, a mi tampoco, porque si me dejáis me perderé; que yo tampoco quiero dejaros a vos, antes bien, cada día quiero crecer más en vuestra verdadera devoción.
Y alcanzadme principalmente estas tres gracias: la primera, no cometer jamás pecado mortal; la segunda, un grande aprecio de la virtud cristiana, y la tercera, una buena muerte. Además, dadme la gracia particular que os pido en esta novena.
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mi : su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes Y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Cuantas veces siendo niño te recé con mis besos te decía que te amaba poco a poco, con el tiempo, olvidándome de ti . por caminos que se alejan me perdí Por caminos que se alejan me perdí... Hoy he vuelto, madre, a recordar cuantas cosas dije ante tu altar y al rezarte puedo comprender que una madre no se cansa de esperar que una madre no se cansa de esperar.
Al regreso me encendías una luz sonriendo desde lejos me esperabas en la mesa la comida aún caliente y el mantel y tu abrazo en mi alegria de volver y tu abrazo en mi alegria de volver.
Hoy he vuelto, madre, a recordar cuantas cosas dije ante tu altar y al rezarte puedo comprender que una madre no se cansa de esperar que una madre no se cansa de esperar...
Aunque el hijo se alejara del hogar una madre siempre espera su regreso que el regalo mas hermoso que a los hijos da el Señor es su madre y el milagro de su amor es su madre y el milagro de su amor.
Hoy he vuelto, madre, a recordar. cuantas cosas dije ante tu altar. y rezarte puedo comprender. que una madre no se cansa de esperar. que una madre no se cansa de esperar.