Forma parte de una nueva generación de nombres que se han buscado expresamente para enriquecer la onomástica tradicional con nuevas aportaciones, introduciendo una nueva sonoridad y unos nuevos referentes. La belleza de su sonoridad es uno de sus denominadores comunes. El otro es la voluntad de saltarse las barreras culturales, rescatando bellos nombres asociados a bellas historias y mitos foráneos que a través de obras literarias de gran impacto se han incorporado a nuestra cultura. Esto hace que la documentación sobre el significado y el origen de estos nombres sea muy escasa, lo cual les añade el atractivo de lo enigmático.