Reconocen obra de Cándido Mayo
El fruto de la semilla que sembró Cándido Mayo a su llegada a México dio un nuevo retoño, único en el resto del mundo, que permanecerá para disfrute de la capital en los límites de las colonias Obrera y Doctores.
La Plaza Cándido Mayo, única consagrada a la memoria de un reportero gráfico, fue recuperada para albergar el recuerdo de uno de los tantos republicanos españoles que fueron obligados a trasladar su lucha al otro lado del Atlántico.
Un muro pintado de negro que fue grabado con letras blancas anuncia al visitante que el busto de bronce que ahí fue instalado pertenece a la figura del fotógrafo español que llegó a Veracruz el 13 de junio de 1939.
Tras una gafas de pasta se resguarda la mirada del llamado “fotógrafo de lo humano”: ojos que revelan la mezcla dispar del pasar de tiempos convulsos en la España que se tornaría franquista y el recuerdo de la tierra gallega en la que nació el 23 de abril de 1922.
Su infancia terminó pronto, pues los acontecimientos históricos que marcarían a España apuraron su partida de La Coruña, puerto histórico de las Rias Altas, en dirección a Madrid, en donde en 1934 nació como fotorreportero al hombro con su hermano Francisco.
Cándido participó activamente en la Guerra Civil desde la trinchera del periodismo gráfico al colaborar con el Estado Mayor del Ejército Republicano y como corresponsal de guerra para París Match y la agencia TASS de Moscú.
A 75 años del exilio español, su hijo, Francisco de Souza Mayo, presidente de la Fundación Cándido Mayo, recordó la travesía que llevó a su padre de Madrid a Valencia, Barcelona, Francia, Veracruz y finalmente al DF.
La plaza que fue recuperada por el Gobierno del DF recuerda el legado que la Agencia Mayo dejó sobre la vida del México posrevolucionario y su paso a la modernidad; así como de las miles de fotografías que dan cuenta de la historia de la capital, entre 1970 y 2000.