La primavera es una época de resurrección. Vida cumple la oficina de su tiempo para florecer. Lo que ahora está recubierta de colores necesarios para aprobar por silencio de las sombras. La vida no es por casualidad. Es el resultado del proceso que envía sin prisa y sin contratiempos a un destino que no termina, porque es el ciclo que la hace seguir adelante en movimientos insondables de la vida y la muerte. La flor en la tierra no es un evento sin precedentes. Antes de la flor, la semilla de la muerte, el suspiro disonante de que se sale de lo que ha de ser cubierta por otras cantidades. Lo que ahora vemos y reconocemos la belleza es sólo una parte del proceso. Lo que no pude ver es lo que sostiene la belleza. El arte de morir en silencio es un atributo que pertenece a las semillas. La dureza del suelo no permite que nuestros ojos alcanzan el evento. Antes de la floración, primavera se muele sombras oscuras de la vida complaciendo el movimiento dialéctico de una muerte anunciada, cumplido en partes. El muelle sólo puede ser lo que es, porque el otoño al estrecharlo en sus brazos.El otoño es la época en que las semillas se encuentran en el suelo su fertilidad destinos. Es el momento de disfrutar de la muerte, resurrección esperanzador. El otoño es la maternidad de floraciones, canciones de las cigarras y el silbido de los vientos. El otoño es la preparación de las acuarelas, el trabajo silencioso causa sin fanfarria, pero más tarde será fundamental para mantener la belleza que está por venir. ¿Son las estaciones del tiempo. ¿Son las estaciones de la vida. En la actualidad existe una gran cantidad de escenas que podemos reconocer a partir de los otoños místicas y manantiales. También cumplimos con nuestra carne humana en los mismos destinos. El destino de morir en los partidos pequeños a través de los sacrificios que nos hace abrazar el silencio de las sombras ... Destino prospere cose en colores, las elevaciones de las alegrías que caen del cielo, cuando menos lo esperaba, anunciando que después de otoños, la vida siempre en reserva muelles ... Floresçamos. - Padre Fábio de Melo -
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