Las historias de gente valiente que ha cambiado el mundo para bien me inspiran. Si bien puede que no cambie el mundo con mis talentos o acciones, ciertamente puedo bendecir mi mundo y a quienes me rodean mediante mi valor y fortaleza. Recuerdo el valor del niño que da su primer paso o de la resiliencia de quien saluda cada mañana con una actitud positiva, a pesar de sus problemas o pérdidas.
Pienso en la valentía que es necesaria ante la injusticia, y el valor para seguir nuestras metas a pesar de las críticas. Pienso en el valor que requiere dejar ir a personas o situaciones que ya no son para mi mayor bien. El valor que aprecio en los demás me inspira profundamente. Sé que tengo la firmeza para lograr cualquier meta que me proponga de mente y corazón.