Demuestro receptividad a la sabiduría de Dios.
Comprensión
Si he pedido algo en oración, me preparo para recibir la respuesta. Abro mi mente y corazón y permanezco receptivo a la sabiduría espiritual. La confirmación de mi oración puede surgir de una conversación con un amigo, de un libro o hasta de la letra de una canción. Puede llegar al admirar un atardecer o el dibujo de un niño. Lo que quiera que sea, siento que ésta hace eco en mi alma.
Con la respuesta que recibo me siento más cerca de Dios, dándome cuenta de que este mensaje fue destinado para mí. Me vinculo con Dios de maneras infinitas y confío en Su guía. Al permanecer consciente de la presencia divina, reconozco la respuesta.
“Si invocas a la inteligencia y pides que la prudencia te asista; … entonces … hallarás el conocimiento de Dios.”—Proverbio 2:3, 5