CUANDO SE PERDONA Y NO SE OLVIDA
Hay muchas personas, hombres y mujeres, que tienden en un
apartado de su mente han colocado un cajón, en el cual, guardan con doble llave
las experiencias negativas, los desengaños y los momentos difíciles o dolorosos
que han vivido y en el momento oportuno ¡zas!, abren el cajón y sacan de él lo
necesario para poner en evidencia su condición de víctimas y los argumentos
para chantajear a la pareja.
Mantener archivadas las experiencias negativas, conservar
las cuentas pendientes con el "ser amado", pone en evidencia la
existencia de rencor y resentimiento, sentimientos que "envenenan"
cualquier relación humana.
Cuando se guardan resentimientos, cuando se
"perdona" pero no se olvida, la relación se envenena y las personas
entran en un juego interminable de cobrarse cuentas pendientes, que como
resultado hace infelices a todos los involucrados: al que no olvida, porque el
simple hecho de estar recordando las cosas negativas le amarga la vida y le
impide la felicidad, y al que se le están echando en cara las cuentas
pendientes, porque se siente agredido y manipulado cada vez que le presenten
una factura de cobro.
Un elemento importante para lograr la felicidad es el saber
perdonar.
¿Qué es perdonar?
Perdonar es abrir una válvula de escape para permitir la
salida del veneno acumulado por el rencor y el resentimiento.
Cuando una persona perdona, no está ayudando a quien la
ofendió, se está ayudando a sí misma, porque se está deshaciendo de los
sentimientos negativos y está recuperando el equilibrio y la paz interior.
En toda relación humana se generan problemas y desacuerdos,
se producen situaciones que pueden causar molestia y enojo, pero eso no implica
que se tengan que quedar cuentas pendientes.
Hay dificultades y malos entendidos, incluso problemas
graves de relación, pero si no se perdona, si se guarda rencor, la relación se
va a corroer y la infelicidad de ambos va a ser la principal consecuencia.
El perdón no es cuestión de razón. El perdón en muchas
ocasiones aparece como algo "ilógico", hasta cierto punto irracional,
pero lograr perdonar y liberarse del rencor tiene su lógica y su metodología.
¿Cómo evitar el círculo vicioso?
Para evitar que esa cadena de resentimientos y agresiones se
convierta en algo interminable, es necesario aprender a perdonar, sin
condiciones, sincera y generosamente.
Para poder llegar al perdón, cuando se ha sufrido una
ofensa, es conveniente tomar en consideración los siguientes puntos:
- Aceptar el dolor. Tratar de aparentar que "al
cabo no me importa", es echarle tierra al asunto, pero debajo de esa
tierra queda el resentimiento.
- Solamente reconociendo y aceptado el dolor se puede
trabajar para eliminarlo de raíz.
- Evitar la competencia. En ocasiones se toma la actitud de
"si el otro me hizo, yo le hago." No se trata de ver a quién le va
peor, pues esa es una actitud de: "yo pierdo y tú también", que
resulta autodestructiva.
- Valorar la ganancia, no la pérdida. Perdonar implica
recuperar la paz interior, el equilibrio emocional. Al perdonar, la más
beneficiada es la persona que otorga el perdón porque se deshace de los
sentimientos negativos.
- Buscar soluciones, no culpables. Lo importante al perdonar
es encontrar la manera de restablecer la relación y mejorarla, en vez de
identificar quién tiene la culpa de que las cosas no marchen bien.
- Evitar poner condiciones. Cuando se ponen condiciones, se
corre el riesgo de caer en el chantaje. "Te perdono si tú haces esto o
aquello". "Cuando vea que cambiaste, entonces te perdonaré".
Estos planteamientos implican una compensación o una especie de desquite y
mantienen vivas las actitudes negativas.
- Regalar en vez de cobrar. El perdón es un regalo, no es
una factura que más tarde se va a cobrar. Perdonar implica decirle al otro:
" te perdono, sin pedir nada a cambio". Si se pide algo a cambio, si
se cobra ya no hay perdón, hay transacción. El perdón es como el amor,
simplemente se da como un regalo, sin condiciones.
Cuando se toman actitudes de desquite, cuando se guardan
cuentas pendientes, cuando se entra en un juego de "toma y saca", se
está cultivando la infelicidad. ¿Por qué estar luchando contra nuestra propia
felicidad? El perdón generoso, desinteresado, es una excelente inversión, ¡se
está invirtiendo en la propia felicidad!
MistikArts
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