Algunas costumbres de Halloween
Trick or Treat
Los niños (y no tan niños) se disfrazan (es una verdadera
competencia para hacer el disfraz más horrible y temerario) y van de casa en
casa exigiendo «trick or treat» (truco o regalo). La idea es que si no se les
da alguna golosina le harán alguna maldad al residente del lugar que visitan.
Para algunos esto ha sido un gracioso juego de niños. Últimamente esta práctica
se ha convertido en algo peligroso tanto para los residentes (que pueden ser
visitados por una ganga violenta), como para los que visitan (Hay residentes
que reaccionan con violencia y han habido casos de golosinas envenenadas). En
todo caso los comienzos de esta costumbre parecen ser que se remonta a la
persecución contra los católicos en Inglaterra cuando las residencias de los
católicos eran presa de amenazas.
La Calabaza
Según una antigua leyenda irlandesa un hombre llamado
Jack había sido muy malo y no podía entrar en el cielo. Tampoco podía ir al
infierno porque le había jugado demasiados trucos al demonio. Tuvo por eso que
permanecer en la tierra vagando por los caminos, con una linterna a cuesta.
Esta linterna primitiva se hace vaciando un vegetal y poniéndole dentro un
carbón encendido. Jack entonces se conocía como "Jack of the Lantern"
(Jack de la Linterna) o, abreviado, Jack-o-'Lantern. Para ahuyentar a Jack-o-'Lantern,
la gente supersticiosa ponía una linterna similar en la ventana o frente a la
casa. Cuando la tradición se popularizó en USA, el vegetal con que se hace la
linterna comenzó a ser una calabaza la cual es parte de las tradiciones
supersticiosas de Halloween. Para producir un efecto tenebroso, la luz sale de
la calabaza por agujeros en forma del rostro de una calavera o bruja.
Fiestas de Disfraces
Una fiesta de disfraces no es algo intrínsecamente malo.
Pero sí hay que tener cuidado de que el disfraz no tape la conciencia del
pudor, del respeto a lo sagrado y de la moral en general, lo cual suele
ocurrir, sobre todo cuando se añade la bebida alcohólica.
Jesucristo es victorioso sobre el mal
La cultura moderna, jactándose de ser pragmática y
científica, se aparta de Dios considerándolo un mito ya superado. Al mismo
tiempo, para llenar el vacío del alma, el hombre de hoy retrocede cada vez más
al absurdo de la superstición y del paganismo. Ha cambiado a Dios por el mismo
demonio. Sin la fe, el hombre se arrastra hacia la necesidad de protegerse de
fuerzas que no puede dominar. Vive con miedo le necesita expresarlo. Busca de
alguna manera con sus ritos exorcizar las fuerzas superiores.
No es de extrañar entonces que vivamos en una cultura de
la muerte en la que millones de niños son abortados cada año y muchos más
mueren de hambre y abandono.
Como católicos, cristianos, profesamos que solo
Jesucristo nos libera de la muerte.
Solo Él es la luz que brilla en la oscuridad de los
largos inviernos espirituales del hombre.
Solo Él nos protege de la monstruosidad de Satanás y los
demonios. Solo Él le da sentido al sufrimiento con su Cruz. Solo Él es vencedor
sobre el horror y la muerte. Solo Dios basta para quién ha recibido la gracia y
vive como discípulo de Cristo. Ante Cristo la cultura de la muerte cede el paso
al amor y la vida.
Alternativas al Halloween