VIAJE AL AMOR DE MI MADRE
Hoy… Sí, hoy… aún es tiempo…
Que tras cerrar mis párpados
Pueda evocar los años ajados
Con los que recorro el mundo
y… como diría el poeta…
¡He vivido poco…
…. Me he cansado mucho!!!
Así, dándome espacio, Señor,
Para colocar entre las lunas de ojos albas
Aquel arroyo que pasa o nimbo que salta,
Fiel remedo de mis quimeras y cuitas,
Solo atino a desparramar en mí,
Una pura y tolerante comprensión
Por ejemplo, puedo percibir
Que es triste sentirse más humo que leño,
Que es lastimero creerse ave sin nido,
O enojoso juzgare noche larga,
Cielo eterno o sombra viva
Si no se tiene el alma nativa.
Quién no quisiera, Señor,
Tener presente los sentimientos vírgenes
Cuando me encontraba dentro
De mi casa viviente,
Lugar hecho milagro y dulce amor
En donde no cabía desencanto ni protesta.
Pero aún en aquel tiempo,
Mi morada nerviosa me decía:
Que el camino es largo,
Que el terreno es brusco,
Que la cuesta es ardua,
Que el paisaje, mustio…
Y que hay senderos abruptos
En donde la carretera es serpiente
Y que da vueltas a un nudo
Ya en cada montaña,
Ya en cada llano.
Que debiera recorrerla como ave fénix
Si tropezara o cayera…
Que nunca dijera mis penas o triunfos
Si solo o acompañado me encontrara.
Que, en momentos comoéste,
Viera yo la manera de contar
Las aventuras de las mil y una noches
Que, con mi ensueño e ilusión
Iría forjando tras andar y correr,
Dolientes o alegres fajinas… mi existencia.
Sí… ¡Oh!!!... Señor de los cielos…
Cómo no arrepentirme de no haberle dado
lo que nada me costaba,
cuando en vez de un beso que pedía,
le bastaba con exhalar tierna mirada,
o asomarse silenciosa en cada celaje…
en cada amanecer.
Y que a hurtadillas, por no incomodarme,
Compensaba la quemadura de mis desaciertos
Con bellos instantes en los que arrojaba
Dulces a mis lloriqueos inocentes,
Caricias a mis pedigueños arrebatos…
Respiro a mis trajines inoportunos…
¡Siempre!!!.. . Siempre alma originaria
vigilaste mis pasos…
aún antes de formarme dentro tuyo
guardaste mi felicidad en tu regazo
y ocultaste lo turbio que puede ser
encontrarse con decepciones no esperadas…
Por eso ahora… hoy…
A Dios gracias le doy por permitirme
Tenerte aquí… en mi pecho y pensamiento…
Para si ya no robarte un beso, por lo menos
Intentar compensar tus cirios desvelos,
Satisfacer tus custodias permanentes…
Y que aún poniendo todo mi ser
Ofreciéndome entero para adornarme
En tan quijotesco empeño,
Nunca… nunca… jamás
Podré siquiera emular
La más pequeña de tus jornadas.
Vigilar que estuviese castamente vestido,
Celar que trotase pulcro en mis estudios,
Cuidar que a su momento ingiriese mis viandas,
Velar que limpiase mis útiles personales,
Custodiar bajo tenues rayos lunares
Mi sueño aún en tus noches de cansancio…
Y… qué decir de las quijotescas jornadas…
aún acudiendo a mi entendimiento exacto,
o a mi más elevada imaginación,
imposible es citar para mi una sola…
pero quizá baste decir
que solo una santa
puede cargar con tan formidable tarea…
Como la de guardar calladamente
La presión de mis antojos,
Lo corriente y tosco de mis caprichos,
El abismo de mi torrente fiero,
El exilio de los pedazos de mi corazón…
O, mi vida… última esperanza.
Ahora, hoy…
Andando por la vida,
Propiedad o por amor,
Como se da una fuente, sin reservas,
Permíteme decir con fuerza…
Algo que quiero decir desde siempre,
Desde el rincón más pequeño
Y grande del universo…
Por todo lo dicho y mucho, mucho más…
Gracias morada eterna
Por tu abnegación inspirada,
Por tu comprensión permanente,
Por tus cuidados intensivos,
Por tus desvelos a veces fallidos,
Por tu guía acertada,
Por… tus lágrimas argentinas…
¡Gracias Madre Santa!!!
¡Gracias por ser mi madre!!!
Emilio Glivel P.
14.06-09 HORA: 20.40
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