Si Dios un día, después de muchos permitiera ponerte frente a mí, aunque sólo pueda sostenerme en un bastón, aunque sólo pueda ver a través de mi oído, aunque el agua me parezca arroz, aún así te reconocería, aún así te amaría.
Lo que no sé… lo que no sé, es si tenga fuerzas para dar un paso, para mirarte sin que se humedezcan mis ojos, no sé, no sé si pueda extender mis brazos para abrazarte, no sé si aún tenga suspiro para alcanzarte.
Si te tuviera frente a mí, no sé qué haría, te amo tanto que no soportaría una partida más.
Dina Luz Pardo Olaya
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