Tú has de volver a mí ¿cuándo?
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Pero, has de retornar ¡lo he presentido! |
Tú volverás a mí, cual vuelve el ave |
tras larga ausencia al suspirado nido. |
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Retornarás, cual la abatida nave
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regresa al puerto que juzgó perdido;
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y encontrarás una sonrisa suave
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y el fuego de mi amor siempre encendido.
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Te aguardaré paciente en el sendero,
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desde la aurora hasta el fulgor postrero
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del astro rey. Y cuando Febo vierta
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su luz de plata, encenderé mi cirio;
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para aguardar con férvido delirio,
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que amante vuelvas a tocar mi puerta.
Abelardo Barrera Osorio
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