Rojo, pasión que me ofrece tu boca
al acercarse a la mía suavemente,
y una fresa tus labios portan
y en un beso me la ofrecen delicadamente.
Mordisqueo la fresa; el néctar,
por tus comisuras se desliza
y de mi lengua se hace presa,
lo saboreo lentamente, sin prisa.
Choque de miradas encontradas,
manos entrelazadas temblorosas,
fuego de respiraciones agitadas
al saborear la fresa de tu boca.
Desconozco su autor.