Detengámonos por unos instantes y pensemos qué es el silencio . El silencio, para mí , es el oasis del pensamiento, la voz del alma que nos susurra al oído , la voz de Dios que nos indica el camino. Es la armonía entre el hablar y el callar, puede ser la ocasión para madurar una pena , una tristeza y para convertirlas en sonrisas de paz.
En el silencio aprendemos a comulgar con nuestras almas , a conversar con nosotros mismos, a meditar nuestras palabras y hacer que ellas afloren como faroles de nuestros pensamientos, como el tañido de las campanas que echadas al viento nos anuncian una fiesta , una reunión , un momento de comunión espiritual con Dios.
Vivamos el silencio , maduremos nuestros pensamientos para que cuando se conviertan en palabras salgan de nuestros labios con humildad y grandeza , con amor y gratitud , por esta hermosa oportunidad que Dios nos brinda de ser mejores cada día.
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