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SUME PARA QUE CREZCA EL RÍO DE LA CONCIENCIA ESPIRITUAL Por Julio Andrés Pagano
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Por más diminuta que parezca, cada gota de conciencia, que se suma, expande y eleva la vibración planetaria.
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tras otras, las gotas van cayendo. Nada parece transformarse. El goteo
es casi imperceptible. El cansancio y la desolación dicen presente. El
paisaje desértico de esperanzas crea la falsa ilusión de que nada va a
cambiar. El vacío interior se agiganta. Las gotas siguen cayendo.
Expanden su vibración. La mente sostiene que todo está perdido. El
corazón no se deja engañar, escucha cómo las gotas continúan brotando y
ríe de felicidad. Su sabiduría le anuncia que el río está emergiendo.
Libera sus compuertas. Ayuda a que el agua corra. Sume para que el río
de la conciencia espiritual irrumpa y limpie el valle de lágrimas que
inunda nuestros piés. Las
gotas son todas aquellas cosas que nos ayudan a ser más humanos y nos
permiten armonizar con la existencia. Los buenos actos son gotas. Las
caricias son gotas. Los pensamientos positivos son gotas. Los abrazos,
las palabras de aliento, los rostros felices... Gotas... Las acciones
con conciencia, las oraciones, las meditaciones, la ayuda
desinteresada, los gestos de sensibilidad... Gotas... El saber
compartir, aprender a valorar, el respeto por uno mismo.... Gotas... La
fe, la humildad, la confianza, la esperanza, el amor... Gotas... Todas
son gotas que reflejan una nueva humanidad. Son gotas que acrecientan y
vivifican el río de la conciencia espiritual que está transformando la
vibración del planeta. El
futuro nace del presente. Nuestras decisiones de hoy co-crean nuestro
mañana. Si en nuestra cotidianidad sólo sembramos discordia, odio,
pesimismo, sufrimiento y frustración ¿qué crees que cosecharemos? Sus
gotas, aunque parezcan simples, aunque las percibas insignificantes o
débiles, hacen la diferencia. Son como semillas crísticas que aportan
transformación. Irradia luz. Ayudan a que el futuro no se manifieste de
manera desalmada. Fluir con
esta corriente, que conduce al océano de la existencia, entraña
desafíos que nos permiten crecer y nos impulsan a continuar
evolucionando. Implica aventurarse en terrenos desconocidos. El río nos
invita a desaprender para seguir aprendiendo, porque sólo lo que se
vacía puede volver a llenarse. Sus piedras no son dificultades, sino
oportunidades disfrazadas que nos ayudan a elevar. ¿Comprendes
lo que te estoy diciendo o simplemente piensas que se trata de palabras
armónicamente entrelazadas para que puedan sonar bien? Sabes que las
casualidades no existen. Si estas leyendo esta nota es porque tu
espíritu necesitaba recordar. No
permitas que estas frases queden sólo en el plano mental. Tírate al
agua. Arriésgate. Cuando se sumerja en este río de conciencia verá cómo
las vivencias se transforman en maestras multidimensionales que te
ayudarán a experimentar una realidad que transformará tu vida. Existen
innumerables formas de contribuir a que este incipiente caudal se torne
aún más cristalino. Si nos animamos a reconocer nuestro lado más
oscuro, si trascendemos nuestras limitaciones y transmutamos los miedos
que nos mantienen cautivos ya estamos ayudando. Lo mismo si ponemos
conciencia en cada uno de nuestros actos y desplegamos, sin reservas,
nuestro potencial para materializar una realidad que esté acorde con lo
más puro de nuestro ser. ¿Por
qué te preocupas tanto? Hagas lo que hagas, los demás siempre hablarán.
Recuerda que a este mundo vinistes solo y te iras del mismo modo.
Absolutamente solo. Rompe la careta social, tírala. Deja que tu ser
interno lo guíe y lo instruya. Escucha la voz que emana desde el centro
de tu pecho. Sigue tus consejos, son inmaculados. No importa que
algunas personas se rían en tu cara y te desacrediten. Muchos disfrazan
de ese modo el temor que les provoca el cambio. No saben lo que hacen.
El tiempo les mostrará quién terminó riendo último. Vamos...
Anímate. Juega. Salta. Disfruta. Recupera tu inocencia. Mira a la vida
con ojos nuevos. Explora tu interior. Conocete. Restablece tu vínculo
con la naturaleza. Aliviana tu mochila. Expande su divinidad.
Despierta. Redescubre su magia interna. Equilibrate. Ayudate a cambiar.
Permítete soñar. Sacude el polvo a tus talentos. Multiplica tus dones.
Respeta tu sentir. Empieza a sanar. Vive!!. No
te distraigas. Presta atención. Siente cómo el río de la conciencia
late con cada pensamiento de luz que recorre tu cuerpo. El agua renueva
y purifica. Inhala su perfume, es pulsión de vida. Observa con el
corazón y comprobaras que no existen las divisiones. El río se compone
de millones y millones de gotas que danzan en la unidad, más allá de
todo ego. Transforma tu
desierto. No dejes que tus gotas se esfumen bajo el sol abrasador de la
indiferencia y el desgano. Viértelas en el río de la existencia. Cierra
tus ojos y facilita que el murmullo de las aguas guíe tus pasos.
Descubre que nunca puedes encontrar afuera lo que siempre estuvo
dentro. Sí, ya lo sabía, es cierto. Simplemente lo había olvidado. El
río está en tu interior. Permite
que el agua corra. Derrumba sus compuertas. No temas. Abre tu corazón
de par en par. Deja que el agua penetre y lave tus heridas. Renace. La
existencia, agradecida: una gota más.
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Con mucho cariño para ti, ANA LILIAN.
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